Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir por ejemplo, un niño perdido, un espíritu vacío, la niña pobre, la plaza y la montaña nevada.
Escuché que el aire decía que sígueme, sígueme.
Sueño contigo y sueñas conmigo.
Yo te quise, y a veces tú también me quisiste.
Nunca nos hemos encontrado, pero te reconozco.
Por las letras, por tus poesías en el cielo, sobre la tierra.
Escapa, escapa, voy a capturarte.
Después de encontrarnos,
cántame veinte poemas de amor, y una canción desesperada.
Te quiero preguntar, ¿quién soy yo?
Un hijo de policía o un hijo de poeta.
Como una página blanca, vengo a buscar mi huella.
Quiero cazarte, pero al final, entró accidentalmente en tu laberinto.
Camino por donde has pasado. Huelo tu olor, tu aroma en el viento.
¿De donde vine?
¿De tu poesía o de nada?
¿A donde iré?
¿A muerte o eternidad?
Llámame, llámame el nombre.
Me creaste, me completaste.
El viaje siguiendo, pero tú serás solo.
No, estoy contigo, para siempre.